Tienes el poder de transformar la realidad a través de una visión, eso es liderazgo.
Hay personas que tienen la capacidad de ver la vida desde una perspectiva diferente, cuando comparten sus ideas con otros les resultan atractivas y comienzan a llevarlas a cabo, tomando así un rumbo en el cual colaboran arquetipos para obtener beneficios mutuos.
Una visión compartida es cuando todas las personas tienen una imagen similar, les interesa que sea equitativa y no de nadie en particular.
Es decir, si logramos que nuestra visión personal se transforme en visión general y que no sólo la acepten sino la hagan suya, entonces verdaderamente será una visión compartida. Cuando se logra esto, se genera un fuerte vínculo, esta conexión lleva de todos los integrantes del equipo, grupo o comunidad a obtener mejores resultados. Algo así como que la unión hace la fuerza.
Este interés común es una fuerza interior en cada persona que engendra poder e inspira a una idea primeramente individual se convierta en una general.
Esta visión se genera de lo que realmente se quiere crear, la dirección que quieren tomar. La visión compartida es el primer paso para que la gente comience a trabajar en conjunto, alienta a la innovación a pesar de los riesgos que esta implica.
Las visiones compartidas surgen de visiones personales que se saben, así es como se energizan y alientan el compromiso.
Hay organizaciones que alientan a sus integrantes a tener visiones personales para poder generar cambios y llegar a las visiones compartidas.
También podemos observar que dentro de las organizaciones hay diversidad de talentos, los cuales tienen convergencia al momento de interactuar dentro de sus sistemas. Cada integrante puede generar nuevas ideas, las cuales pueden ofrecer innovadoras alternativas de hacer las cosas. Sin embargo, todo esto sería imposible sin una visión compartida. La fluidez de diferentes pensamientos que se integran para ir en una misma dirección.
Dentro de la organización cada área tiene una función específica que da un valor agregado a los productos o servicios que se realizan. Esta interacción entre áreas logra evidenciar la manera de conformarse y marcar un rumbo común.
Antes de estar en la era digital, podemos ejemplificar lo que pasaba con la la televisión para conformar una imagen, ésta se conformaba de 525 líneas que recorría un haz de luz. Este haz es la energía que marcha rápidamente por cada punto y hace un barrido para conformar la imagen.
Esa imagen tenía diferentes dimensiones, matices, colores, texturas y más, si la miramos muy de cerca simplemente no podremos identificar de qué se trata, pero cuando tomamos perspectiva y la observamos a una distancia relativa podremos identificarla en su totalidad y ver con claridad lo que nos quieren mostrar.
Es el liderazgo y la convicción de cada individuo genera que grandes cambios se den a partir de dicho postulado. Y para esto tenemos muchos personajes en la historia que han demostrado como funciona este concepto.
Fuente: La quinta disciplina de Meter Senge. Publicación para Gestiopolis.com
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